1.- Tienes derecho a sentirte mal, a no aprender nada en la cuarentena, a no tener ganas de nada y a comer cosas ricas. Esto es darte un permiso y un espacio para entender que es una manera en la que reaccionas a esta contingencia.
2.- Pregúntate: ¿Qué estará escondido detrás de esa abrumadora “flojera” que siento? Será tristeza, miedo, frustración? ¿Qué hay detrás de las ganas excesivas de beber alcohol o de comer? Será fastidio por el encierro, miedo a contagiar o perder a alguien o quizá un tema antiguo me esta dando vueltas por la cabeza de nuevo.
3.- Define un tiempo de duración de este permiso. Se vale caerse, pero es necesario levantarse. Anota un recordatorio o pega una nota en tu cuarto, cuando llegue el momento, aún sin ganas emprende algo nuevo, contacta a tus amistades por videollamada, usa tu creatividad para encontrar una manera distinta de hacer frente a esta crisis.
4.- Si el límite no funciona y experimentas dificultades para contactar con tus fortalezas para encontrar una manera nueva y positiva de afrontar el malestar, ¡pide ayuda!